Quien no ha tenido nunca la sensación de pasarse el día corriendo detrás de las cosas, de llegar siempre tarde a todo, de que necesitaría 24 h más al día para ser capaz de terminar todos los frentes abiertos, de que el día se a escapado entre nuestros dedos casi sin darnos cuenta y que no hemos hecho ni la mitad de las cosas que queríamos.
Esta situación tan habitual es la que ha llevado a mucha gente a decir "basta" y a buscar diferentes métodos para organizarse y gestionar su tiempo y sus tareas de forma eficaz. Con el GTD y otras técnicas de gestión del tiempo intentamos retomar las riendas de nuestra vida y acabar con esa sensación de no llegar nunca a hacer todo lo que uno tiene o quiere hacer.
Pero, ¿por donde empezar?. Siguiendo la metodología GTD nuestro primer paso sería recopilar y sacar todo de la cabeza para luego procesarlo y organizarlo en las diferentes listas. Esto es sin duda un comienzo, pero en ocasiones puede no resultar suficiente para organizar nuestro tiempo y ser capaces de hacer todo lo q queremos al día.
El truco para "estirar" nuestro día, sobre todo cuando comenzamos a organizarnos, consiste en renunciar a hacer cosas. Sí, ya se que parece una contradicción estar hablando de gestionar nuestro tiempo de forma eficaz para ser capaces de hacer todo y acto seguido decir que para lograrlo debemos renunciar a algunas cosas.
En realidad si nos paramos a pensar un poco en que gastamos nuestro tiempo y esfuerzo seguro que nos damos cuenta de que estamos intentando abarcar tareas que no nos aportan nada, o prácticamente nada en comparación con el tiempo que nos requiere. Debemos simplicar nuestra vida, sobre todo ahora al principio que estamos intentando organizarnos, plantearnos si todo lo que hacemos al día nos aporta valor o no, y si nos ayuda a cumplir los objetivos que nos hemos marcado.
Leer un libro de 700 páginas del que en realidad sólo nos son útiles para nuestros fines 15 páginas es una pérdida de tiempo. Escuchar un podcast de 2 horas de duración del que apenas te interesan 5 min es una pérdida de tiempo. Ahora que estamos empezando con esto de la "gestión del tiempo" estos ejemplos anteriores nos quitan un tiempo muy valioso que emplearíamos mejor en hacer otro tipo de cosas que nos reportarían mucho más beneficio.
Esto no quiere decir que no podamos volver a ello en un futuro, pero quizá sea buena idea colocarlo por el momento en la lista de "Algún día / Quizá" y retomarlo cuando ya estemos preparados para asumir cosas más "superfluas" y tengamos suficiente tiempo como para "perderlo" en ellas.
Hay que empezar poco a poco a organizarse y ver como vamos paso a paso haciendo cada día más y más cosas. Si tratáramos de hacer desde el principio y de golpe todas las cosas que nos gustaría hacer sin renunciar a nada sin duda fracasaríamos. Al ver que seguimos siendo incapaces de gestionarlo todo lo que queríamos hacer seguramente diremos que el método es una pérdida de tiempo y lo abandonaríamos a los pocos días o semanas de haber comenzado a intentar aplicarlo.
Por lo tanto algunos consejos para esos primeros días de organización:
- Recopila todos los frentes abiertos.
- Renuncia a las cosas que te aportan poco valor y posponlas para cuando tengas más tiempo.
- Céntrate en lo importante, en lo que te genere más satisfación una vez terminado, que se vea que el organizarte "sirve para algo".
- No te desesperes si no ves resultados al principio, esta es un carrera de larga distancia.