Una vez nos han adjudicado un nuevo proyecto comienza una verdadera carrera de obstaculos en la que el tiempo de ejecución en esencial, realmente es una contrarreloj.
Nada más que se firma un contrato de un nuevo proyecto el cronómetro se pone en marcha, hay que definir la planificación del proyecto, crear el equipo del proyecto, organizarse, etc... y todo lo antes posible, ya que tendremos definidos unos plazos y si todavía no los tenemos hay que definirlos.
Hay que tener en cuenta que cada minuto que estamos invirtiendo en el proyecto supone dinero, dinero que recuperaremos cuando podamos facturar, bien por el total del proyecto o por hitos de pago acordados con el cliente, esto que parece obvio, muchas veces el equipo no lo tiene en cuenta, sobre todo cuando no están trabajando en un solo proyecto. Es habitual en equipos multiproyecto encontrar tareas sin finalizar y proyectos que aunque les queda poco trabajo para finalizar, no hayan sido entregados. Esto supone financieramente un coste, ya que estamos retrasando la facturación y en consecuencia el pago de un trabajo ya invertido.
Un nuevo proyecto supone una carrera contrarreloj para llegar al final, es decir que se cumplan las expectativas del cliente dentro de proesupuesto y plazo.
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