A lo largo del día, siempre habrá alguien que quiera encomendarnos una tarea para que la hagamos en su lugar. No siempre podemos afrontar todas las peticiones que nos hacen, puesto que ese tiempo que dediquemos a hacer tareas de los demás nos quita tiempo para hacer y finalizar nuestras tareas.
Además el aceptar tareas de otros nos crea estrés por tener que preocuparnos por esa tarea que nos encomendaron, por que una vez aceptada no podemos "dejarlos tirados". En muchas ocasiones estas tareas que aceptamos tan alegremente no nos suponen nada importante para nosotros.
Decir no nos libera y nos permite centrarnos en lo que de verdad importa.
No debemos sentirnos culpables por decir no a algunas cosas.
Debemos decir no de forma firme pero educada, sin que resulte grosero o brusco. Lo ideal es incluir siempre el no con alguna explicación de por que no se puede hacer esa tarea. Si fuese necesario deberemos repetir la negativa varias veces. Una sonrisa a la vez que se da una negativa la suaviza, da a entender que no se trata de algo personal.
Se sincero, utiliza siempre razones reales para no hacer la tarea. Si es posible no utilizar a terceras personas como excusa.
Debemos siempre agradecer primero el "ofrecimiento" y a continuación dar la negativa.
Una negativa ahora puede ser en un futuro una aceptación. Quizá hoy no pueda asumir la tarea, pero sí en los próximos días. Hay que ofrecer siempre una alternativa "hoy no puedo hacerlo, pero hablamos mañana y vemos que puedo hacer".
Posts relacionados: